Gloris Arlenis Rosario Rivera, de 27 años, fue asesinada por su expareja Julio Ángel Torres Rivera, quien intentó simular su muerte como una sobredosis. La autopsia confirmó que la joven había sido atada e intoxicada deliberadamente con drogas para encubrir el feminicidio. Gloris tenía una orden de protección vigente, pero el agresor logró acercarse a ella después de semanas de acoso. Madre y trabajadora, soñaba con estudiar enfermería y ofrecer un mejor futuro a su hija. Vecinos y familiares la describieron como una mujer alegre, amorosa y resiliente. El CIC de Caguas encontró evidencia que desmintió la versión del agresor, quien finalmente se declaró culpable de asesinato atenuado y violación a la Ley 54. Su historia reflejó las fallas en la protección efectiva de las víctimas de violencia doméstica.

Crédito: Wapa.tv
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